Con el desconfinamiento y la llegada de la primavera, los niños han tenido mayores instancias para dar espacio a los juegos al aire libre en lugares como plazas o parques. En este contexto, comienza el periodo de mayor exposición y mayores índices de radiación UV, que, sin las medidas de prevención, suelen ser dañinos al corto y largo plazo en la piel.
Si bien la luz solar es beneficiosa para la salud en algunos aspectos, no se puede hacer caso omiso a los efectos dañinos agudos y crónicos que ésta genera y entre los cuales se encuentran las quemaduras solares, manchas en la piel, bronceado, inmunosupresión y carcinogénesis.
Este daño es acumulativo e irreversible, además estudios indican que, entre la infancia y la adolescencia, se adquiere entre el 50% y el 80% del daño solar y que la alta exposición durante la infancia puede incrementar el riesgo de cáncer de piel en la adultez, por lo que proteger la piel a temprana edad, puede marcar una gran diferencia.
Entre las medidas de seguridad y prevención del daño solar en la infancia, se encuentran: evitar la exposición en horas de alta irradianza (entre las 11:00 hrs y 17:00 hrs), evitar la exposición directa al sol en niños menores de 3 años, el uso de elementos de protección como vestimenta adecuada, sombrero, lentes de sol y la aplicación correcta de protector solar.
La selección de este último debe contemplar varios aspectos relevantes, desde el factor de protección solar, que es el indicador para medir la eficacia en la protección contra la radiación UV B, y PPD que es el indicador para la protección contra el daño por radiación UV A, hasta la selección de fórmulas que reduzcan el riesgo de irritaciones o alergias. Algunos de estos aspectos son:
- Elegir un alto nivel de FPS: Las horas de exposición solar infantil suelen ser mayores a las de un adulto debido a sus hábitos de esparcimiento y ocio. Se recomienda elegir un fotoprotector con FPS 30 o mayor, sin embargo, considerando que la aplicación suele ser en menor cantidad que el recomendado, un nivel de FPS 50 o más, asegura una mayor protección. Esto no significa que la reaplicación debe ser más espaciada, sino que se busca un nivel de protección más elevado.
- Elegir filtros seguros: El filtro es el motor del fotoprotector, es decir, es el ingrediente que tiene la capacidad protectora de la piel frente a la radiación solar. Un protector solar, contiene una combinación de filtros que debe tener un equilibrio y hacer sinergia para asegurar una máxima protección frente al amplio espectro de la radiación solar. Prefiera siempre los filtros que no tengan absorción cutánea y que sean fotoestables, esto último quiere decir, que la molécula no se degrade y pueda seguir funcionando para asegurar una protección estable hasta la próxima aplicación.
- Preferir fórmulas sencillas: Elegir productos con fórmulas simples, con mínima cantidad de ingredientes para disminuir el potencial alergénico. Además, los preservantes deben estar a una mínima concentración efectiva.
- Elegir aquellos que incorporan ingredientes beneficiosos: Los protectores solares están compuestos por otros ingredientes, que no son los filtros, sino que son activos secundarios que brindan un beneficio adicional a la acción de fotoprotección, entre ellos se encuentran los antioxidantes, como el té verde o la vitamina E y los activos con acción calmante en el caso de niños con piel ultrasensible, como los extractos de manzanilla o avena.
- Preferir la resistencia al agua: El test de resistencia al agua se realiza con 40 minutos de inmersión de manera intermitente, y busca demostrar que el nivel de FPS no se ve completamente afectado cuando el producto está en contacto con el agua, manteniéndose al menos un 50% de este. Es un elemento importante para considerar ya que demuestra la fijación que tiene el producto en la piel incluso en ambientes que tienden a remover gran parte del protector solar (como el agua).
Finalmente, proteger la piel de los niños ha sido motivo de grandes campañas de salud, porque es parte importante de la prevención del cáncer de piel que se desarrolla con el paso de los años.
Bibliografía:
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https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-fotoproteccion-pediatrica-13089135
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http://www.aeped.es/sites/default/files/28-07-2016np_fotoproteccion_enfamiliaaep.pdf
https://search.coe.int/cm/Pages/result_details.aspx?ObjectID=09000016805cae1c